miércoles, 13 de febrero de 2013

REGALAME TUS SONRISAS



Eternas Nostalgias en las  Despedidas...
 
Víspera  13 de febrero,  mascarada carnavalesca ante un frío que recorre el alma. Te imagino orgullosa de verme  disfrutar de mis rutinas exprimiendo sensaciones únicas, logrando continuar mi vida entre risas y sonrisas a pesar del vacío que dejas,  adaptando los dramas a las comedias porque la existencia ha de ser agradable por muchos problemas que nos rodeen. En cambio hay días como estos en los que no estoy a tu altura, rodea la nostalgia de tu despedida, tiemblo. 


 A  veces creo que todo fue una amarga pesadilla, que me echaré a tu lado  y podre acariciar tu mano como en nuestra última cita. Te busco en cada despertar,  escucho  tu tarareo amenizando mis mañanas mientras izas las  persianas. Entre soles y bemoles, tus discos me devuelven instantes  robados, noches de ronda divagando entre utopías, llantos rotos por risas desplegadas. Tantos recuerdos alojan mi cabeza, imposible olvidar la huella que dejas,  cómo creciste hasta convertirte en quién eras. 


 Sigue tu presencia merodeando huecos, sigue tu alegría invadiendo mis tristezas, sigue tu optimismo pintando las sombras que acechan, sigue tu latido bombeando tu esencia. Se respira tanto amor en tus estancias.


Cuando mis fantasmas salen a pasear cierro los ojos, respiro y mi ahogo se convierte en un suspiro,   puñalada hiriente tu  pérdida. A pleno pulmón paso los instantes del recuerdo. Fuiste tú quien convirtió mi nada cotidiana en paraíso mostrándome los matices de cada rincón que contemplo.
Peleo por tu reflejo, agradeciendo a la vida las maravillas que encierra, el valor de las personas. Mentiría si no cuento cómo te  echo de menos, tu ayuda generosa, tus ánimos,  tu olor, tu voz, tu escucha, tus silencios.

 Cuando mis propias exigencias me maltratan busco tu sonrisa eclipsando mis temores, tus sones convirtiendo en logros mis imperfecciones, tus buenas vibraciones  valorando mis entrañas. Leo los consejos que escribiste con tu puño y letra a pie del anuario, como  cada día trocitos de ti, citas que dejaste en tu caminar, el último: cantar para mí. Contengo mi océano.

En ocasiones suena el teléfono, acelero y freno, quisiera acariciar los sonidos de tus palabras compartiendo el devenir de los días que vendrán.Yo hablo de ti cuando no contigo a veces de forma innata, otras es un intento desesperado por mantenerme cuerda y  otros pasan casi de puntillas a tu lado, nombrándote con miedo .Me enojo, necesito sentir tus vibraciones aunque tu  llama permanezca viva en todos ellos. La herida siempre estará abierta.

No es verdad que el tiempo aleja el sentimiento, al principio, agradecía el fin a tu sufrimiento, ahora aquellos tormentosos días  quedaron en la distancia y es tu ausencia la que se hace más presente. 

Me duermo  anhelando un nuevo hasta pronto porque sé con  certeza que Nuestro Adiós nunca llegará.


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